viernes, 15 de junio de 2012

Hice la promesa de publicar varios poemas,dentro de ellos, algunos un poquito picante en su tono y color, pero invoco que le tomen sentido a su contenido, pues lo publico con mucho respeto y sin salirme de mi línea.....BENDICIONES.

VAS A SER PAPA.

Era medio día, yo caminaba a tu encuentro

Entre pastos verdes y arboledas

Y mientras transitaba por aquellos parajes

Lejanos del bullicio de las gentes y carros

Escuchaba el suave canto del transcurrir

De las aguas de un hermoso río



Más adelante, se encontraban tres cabañas

No había apuro, por ello caminaba emocionado

Entre la brisa que rozaba mi cara

Y entre las nubes que adornaban mi pensamiento

La alegría me exigió apresurarme a tu encuentro

Pues, me faltaba poco trecho

Para llegar a la cabaña donde deberíamos de encontrarnos

Yo sabía, yo quería que llegáramos juntos

Pero me insististe que no, que era mejor así

Mostrándome tu candor y timidez

El tiempo de espera y la curiosidad eran tremendos

Pues nuevamente mi cuerpo y mi pensamiento

En un unísono sentir, latían más apresurados que lo normal



Al aproximarme a la cabaña,

Divisé que alegremente te bañabas en el río

Codicié correr hacia ti, zambullirme en sus aguas

Para tomarte, besarte, pero me aprehendió la timidez

Te vi danzar alegre dentro de esas aguas

Pudiendo observar que mirabas el sentido de la corriente

Y te lanzabas hacia atrás arqueando tu cuerpo

Como queriendo que su fuerza se acoplara con tu ser.



Noté claramente como tu emoción se hinchaba

Luciendo tu rostro erguido y tus manos excitantes

Y tu rostro se exaltaba más y más cada vez

Que repetías el movimiento cadencioso de tu cuerpo

Sintiendo  celos de tu alegría, del agua

Ello me paralizó un instante,



Te vi salir apresurada de aquellas aguas erguidas

Pero antes de ingresar a la cabaña,

Siempre sonriente, tímidamente,

Cogiste una flor y una rama, ambas del color del sol

Mezclado con el de la cascará del melón,

Las que al acercarlas haciéndolas caer sobre tu cuerpo

Se adhirieron al mismo dejando ver un hermoso cuadro

Tremenda dicha la mía, pero incierta

Pues creí que la timidez había vuelto a posesionarse sobre ti ahora

Lo que me motivó a detener mi marcha



Luego de un instante, ingresaste a la cabaña

Sonriente, radiante, y me invitaste a seguirte,

Por un instante dudé en hacerlo,

Pues  no quería perturbar tu regodeo

Pero a la vez, quería correr, tomarte entre mis brazos

Besarte, acariciarte, sentirte mía

En la soledad cómplice de nuestros sentimientos



Antes de ingresar a la cabaña,

Volví  a sentir cierto campaneo en mis oídos

El campaneo de aquella vez que fui hasta tu casa, recuerdas?

Fue allí donde apareciste llena de ternura

Para tomar mi mano derecha y ayudarme a ingresar

Ello me hizo turbarme, sonrojarme

Y el temblor inusitado se prendió de mi cuerpo pegándose a la emoción



Nuestras manos se juntaron, siendo mutuo el cariño

La luz natural de la cabaña

Traslucía tus encantos encendiéndose cual luz artificial

Tu  tez se humedeció de sudor tibio

Dejando ver lo sonrojado de tu rostro embellecido

Tanto así como de tus cabellos que alborotados

Corrían suavemente sobre tu cara



Intenté darte un beso, pero te separaste soltando tímida risa

Es entonces cuando pude observar,

Una cocina a la izquierda del cuarto de la cabaña

Una mesa de madera ataviada con flores de color amarillo

Un segundo piso con su escalera de madera

Amplias ventanas que dejaban ver las aguas del río y el cielo

Unidos en un azul increíble, adornado al centro por la verde arboleda

Luego en la parte central del fondo de la cabaña

Una inmensa cama de madera con piedras inmensas

Forrada con pieles y telas del mismo color de la ropa que tenías puesta

Colocado unos ganchos o seguros

Que sujetaban un mosquitero de tela de color blanca

Garrafa con vino fino y otras con agua.



Una vez más, la naturaleza nos confortaba

Aliándose a nuestras vidas adolescentes

Tu candor me embriaga, eso lo sabes

E intenté hablarte, pedirte una explicación por instinto



Fue en ese instante, en que te dejaste caer en mis brazos

Que sentí que las piernas te temblaban

Yo luego forcé que en el crepúsculo de la tibia y hermosa tarde

Me alcanzaras una taza con vino o con agua

Sintiendo entonces tu pudor y timidez



Que hermoso, me sentía volar contigo a la ilusión,

Mientras mi  curiosidad ardía mientras mi boca seca se avivaba

Tu serenidad estaba demasiada inquieta

Haciendo palpitar todo el eje de tu ser

Y proyectándose el mío al sentir incierto e intenso

Te separaste de mí y fuiste caminando hacia atrás

Hacia el lugar donde se encontraba la garrafa con agua

Esbozando una sonrisa ingenua y tímida, picara y dócil



Es así como enseguida te quitaste las sandalias para danzar

Como lo hiciste dentro del agua

Mientras la parte superior de tus ropas se semejaban a alas

Saltaron tus emociones que eran enormes como tu alegría,

Apuntándome para que te tomara de las manos

No parabas de sonreír, tu cuerpo se elevaba sin sandalias

Reposando tu cuerpo en el espacio

Arrastrándolo  hacia el centro de la cabaña

Para luego recostarte por completo en mi espalda



Seguidamente, abriste la emoción y los brazos ampliamente

Mientras recogías con los dedos de tus manos poco a poco tus cabellos

Dejando que las puertas de tus ojos claros se abrieran

Tu cara reflejaba una hermosísima emotividad,

No dejabas de sonreír,  y en silencio me invitaste a danzar

Para recurrir y transcurrir libre a tu generosidad

Que evidentemente buscaba mi alegría sin tertulias



Yo, transcurrí firme a tu voluntad, a tu pago

Quitándome la duda y despercudiendo mi fruición

Y antes de que este cayera, mi curiosidad buscó tu boca

Tus inmensas ganas de ser feliz, y el hacerme también cómplice

Tu gracia se elevó, tu canto sabiendo que te gustaba

Lo hice también canto mío.

Cuando integré el ritmo de tu ser, alcé tu cuerpo

Cual danzante acrobático, aunque con recelo

Quedé admirado de nuestra danza, de todo lo que nos embargaba

De nuestra complicidad, de nuestro afecto  puro

Con todo lo que retiene la sensación de tenernos,

De  sentirnos como niños, de amarnos sin remilgos

En toda nuestra inmensidad e intensidad

Para entregar a la vida, todo lo nuestro y puro

Para colmar todo lo que venimos sintiendo, sin angustiarnos

Y te discerní el máximo, esculpiendo tu boca una palabra tímida

Que traté de sentir en mi pecho como sublime y tenue dicha



Tú, no querías que parara la danza

Y  una vez más me diste tus manos

Luego me pediste que te besara

Al  compás del imaginario ritmo que fungía de danza

Y al apasionarme sobre tu sonrisa clamorosa,

Tomaste mi cabeza, con tus dos manos

Luego la presionaste fuerte

Mientras pedias que te escuchara sueva y lentamente

Era yo quien temía no ser vencedor de tu verdad

Posándome sediento entre los espacios de la cabaña preciada

Sabiéndote ansiosa de ser escuchada

Tomé tus manos nuevamente saltando la emoción

Para luego posesionarlas sobre tu cintura, tu cadera, y tu vientre

Acariciándolo con suavidad y cariño ante poderosa emoción

Tú seguías danzando cada vez más y más

Tu corazón parecía en su desenfrenado latir,

Escapar de tu pecho agitado, recorrida tu emoción, dentro y fuera

Tu sonrisa se abría más y más mientras te movías



Yo estaba feliz de tener aquella rosa por venir en mi vida loca,

Acariciándote, amándote como te agrada, como te gusta

Como me pedias a cada instante mientras la tarde avanzaba lenta

Y fue así como noté que la luz ingresaba más límpida

Adornando  nuestros cuerpos

El mosquitero parecía estar feliz de observar nuestros movimientos

Nuestros pasos demostraban la forma exquisita de amarnos

No sé cómo saltó la emoción del pecho

Me sentía embriagado de ti, de tu ser, de nuestras vidas

Tu corazón bombeaba la sangre, como el río sus aguas



Luego de un rato, no sé cuánto de tiempo, te detuviste

Y separando los brazos totalmente

Me dejaste abrazare fuertemente para que te sostuviera

Colocando tus manos sobre mi rostro

Sujetándote luego sobre mis hombros

Los  maderos que formaban el cuarto

Yo los vi, y sentí su contento, libre a mis angustias

Pues todo era una  delicia, un tremendo regodeo y te complací

Y para corresponder al honor, te di un beso despacio, apasionado

No sin antes volver a beber de tu alegría.



Enseguida soltaste una larga y placentera carcajada

Que me motivó para moverme en varios sentidos

Logrando hacer estremecer aquellos maderos

Luego saltaste delicadamente y te posaste frente a mí

Colocando tu rostro hermoso y rosado cerca del mío tímido y nervioso

Fue tremendo, los dos soltamos la risa a mas no dar

Tú, te deslizabas por la cabaña como cabalgando un potro chúcaro

Todo al mismo compás, al mismo ritmo

Pero siempre tímida, siempre sonrojada pero dulce.



Un temblor recorrió tu cuerpo, lo noté

Tú me decías, no temas, no temas, estas dentro de la verdad

Me  dí cuenta que estabas decidida a decirme ese algo tan misterioso

Sobre mí, sobre nuestras vidas

No te frenaba nada, Saboreabas la dicha al máximo,

Eso lo notaba en tus ojitos chinitos y en tu sonrisa de niña

De criatura traviesa, con la danza que te deleitaba,

De  repente dijiste que terminara la música rápida

Y misteriosamente, nos invadió un ritmo suave y melodioso

Y acercándote suavemente, te arqueaste hacia atrás

Yo no sabía si deliraba un sueño o era verdad, fue solo un instante

Agarraste mi mano, la pusiste en tu vientre y lo sobaste delicadamente

Para comenzar a danzar, sudabas, sonreías.

Gritabas suavemente, reías dulcemente,

Se notaba la alegría en tu rostro

Canta más, fuerte, anda sigue, alcancé a oír de tu boca suavemente

Recuperando la fuerza de la emoción, te sentí,

Reclinando tu rostro hacia atrás y luego sobre mis hombros

Susurrando deliciosamente

Haciendo coro con el ruido de las aguas del río.



Fue entonces que me diste apasionado beso

Me di cuenta que mi frio se había ido,

Que  mi fe había tomado posesión de ti

Para quedar exhausta en ese instante divino



Una vez más, la tarde había transcurrido

Llenándose de nuestro secreto, de nuestro amar y sentir.

Tú hermosa sonrisa, tu carita de niña tierna

La  tarde ya se iba

La noche se apresuraba, pues teníamos que volver

Para encontrarnos con la realidad que nos hace feliz,

Que  también nos conforta y alarga la dicha.

Tú sonreíste, yo agaché la mirada y nos abrazamos

Desnudos ante la vida y el destino,

Fue cuando entonces me dijiste “VAS A SER PAPÁ”

Nuestros cuerpos ¡no quisieron despegarse!.



Carlos Fidel  BORJAS DIAZ. ABRIL 2012.






1 comentario:

  1. Realmente muy hermoso, tan hermoso como ese instante mágico en el cuál las palabras bordean una y otra vez "vas a ser papá"...un relato emocionante y conmovedor. Me ha encantado Fidel. gracias.

    Celsy

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