EL
MOTERO
Piérdete en mi
hechura
que tiembla cuando te
ve.
Piérdete en mis
pechos
afilados con tus
caricias.
Piérdete entre mis
piernas
con brasas de fuego.
Piérdete en mi
memoria
y no dejes de ser mi
reto.
Piérdete conmigo y
fusiónate a mi piel.
Mi esencia de mujer
está hecha para darte
placer.
Y mis dedos, de geisha de
occidente,
para retenerte a mis pies.
EL MOTERO
EL MOTERO
Vera, vuelve a ver al tatuador en sucesivas
ocasiones. Siempre tiene que darle una ojeada a su obra que, agranda, un poco
más cada día. De manera que, frecuenta sus visitas a New Tatoo para que lo
finalice.
Han pasado tres semanas, desde su primer encuentro
y ya han hecho el amor –por decirlo, finamente- porque, en realidad, se lo ha
follado en diferentes posturas –unas cuantas veces- dándole rienda suelta a su
imaginación. Como buena diseñadora gráfica que es.
Sólo, en una ocasión, han hecho un “ménage à trois”
con el taxidermista. Fue tan lujurioso que prefirió no repetirlo. Además, Yuma
se ha vuelto bastante acaparador y la quiere para él sólo. Lo que desconoce –el
pobre- es que para ella, es un entretenimiento
pasajero…
Su vida sigue siendo complicada, su madre ha
decidido permanecer al cuidado de Carlota para que ella pueda buscar trabajo
–con tranquilidad- y, un día –al volver a casa- se la encuentra panza para
arriba con un tajo en la cabeza.
La bonachona de la abuela –mientras la niña jugaba
en la plaza- se ha pegado un trompazo con el armario de la
cocina.
Vera, se asusta mogollón. Llama al 091 y la
trasladan en una S.A.M.U. al hospital del Rocío. Está varios días en la U.C.I.
con la vida –pendiente de un hilo- con una conmoción cerebral
grave.
Sobrevive, pero se convierte en otro quebradero de
cabeza para Vera, que sólo tiene una
válvula de escape con los encuentros furtivos con el tatuador. El araucano,
adecenta todas las tuberías de su organismo y se encuentra más atractiva que
nunca.
Una tarde, a eso de las ocho, se acerca a New Tatoo
para el consabido retoque de su tatuaje y se topa de bruces con uno de los
moteros que vio –por primera vez- el día que hizo suyo a
Yuma.
Piensa, que tiene algo más que un buen polvo, amén,
de una Harley para volverse loca. Es una apasionada de las “dos ruedas”. Su
primer novio –recién cumplidos los veintitrés- tenía un taller de motos. Por ese
motivo y no por otro, se hizo su novia. Le encantaba sentir la velocidad a 200
Km/h sobre su rostro, cuando la carretera es un haz grisáceo que se pierde en el
horizonte y sus ojos no dejan de lagrimear. Pero, le daba igual; tenía que
seguir mirando aunque su óvalo se inundara de lágrimas y de algún que otro
bichejo que tropezaba contra sus pómulos. Porque, por aquel entonces, era fácil
viajar sin protección.
Había sido una cobardica para diversidad de cosas y
una intrépida para otras muchas. Boro –el mecánico- la perdió el día que intentó
desvirgarla y ella se negó. Después, tuvieron una bronca tremenda; él, decía que
conocía mucho a las mujeres y que no era virgen. Ella había cogido un disgusto
tremendo porque lo único que había entrado en su vagina eran los
Tampax.
¡Ah! Los "desvirgadores" oficiales. Las mamás no
ponen ninguna pega a que sus tennager los utilicen y Vera recordó que su amiga
Floren –la enfermera- le metió el primero hasta la garganta, después que ella
hubiera intentado la hazaña con numerosas cajas, sin éxito alguno. Recordó que
la sanitaria puso cara de: ya está ¡la niña ya no se virgen! ¡Olé! A toda la
pandilla de amiguetes congregados.
Boro, no dio crédito a su
historia hasta que consultó con varios doctores y le dieron la razón a ella, su
novia. Pero el culmen que fomentó la ruptura total de la pareja fue la frase que
le dijo una noche tras hacerle
“una mascui” –mientras sobeteaba sus pechos y sus nalgas- en los alrededores del
cementerio de San Fernando:
-
Vera, me
gustas tanto que –cuando nos casemos- te voy a preñar cada nueve meses para que
no te mire otro hombre.
-
¿Pero qué
dices Boro? ¿Estás loco?
Desde esa noche cortó por lo sano y lo mandó a
paseo. Su familia la apoyó, no les gustaba –ni un pelo- ese mecánico de tres al
cuarto. Ella, lo sintió –sólo- por las
motos; había montado en todas las habidas y por haber, y se había enamorado
–literalmente- de las Harley.
Ahora, tenía una oportunidad que no dejaría pasar:
era la Harley más hermosa que había visto jamás y su dueño un ucraniano de casi
dos metros, que quitaba el hipo.
Pero, ¡qué bueno que está el mamón! –Piensa- al ver
cómo se recoge su lacia y rubia melena en una coleta. Se cierra la chupa de
cuero y se coloca el casco.
Coquetea con él, delante de Yuma. Claro, el motero
se rinde a sus pies. Antes de marcharse, el tatuador, la entretiene unos
minutos:
-Vera, Stellan no es como yo. Sé que os gusta a
todas, cada vez que viene, chorreáis. Te prevengo: él, es diferente. No podrás
doblegarle como a mí. Será él quien haga contigo lo que le
apetezca.
-¿Estás celoso,
Yuma?
-De todo hay, Vera. Yo, te
aviso…
Vera no hace ni caso. Sale contoneando sus caderas
y se sube a la Harley, oscura como la noche y reluciente como los metales
nobles.
-¿Dónde quieres que te lleve, muñeca? –le dice el
eslavo, con un estilo al más puro “film noir” y ese acento, tan peculiar, que
poseen los escitas.
-A dónde quieras: tú
mandas.
-Cómo eres una princesa –le dice acariciando su
barbilla. Primero te daré una vuelta con mi carroza y después te llevaré a mi
palacio…
Vera, vibra
como cuando era veinteañera. Surcan la E-803 a lo largo de más de una hora y,
seguido, –para asombro de Vera- se adentran en el barrio residencial de
Heliópolis.
La "Ciudad
del Sol" es una de los mejores barrios de la metrópoli. Con villas encaladas de
estilo andalusí y frondosos jardines.
Entran por una cancela metálica –decodificada su
alarma- que, pese a su novedoso modelaje se acopla a la perfección con la
estructura señorial del palacete. Dentro, Vera, admira parte de la estructura –a
modo de parasol- entre piscinas de cantos rodados blancos con hermosas palmeras
y tableros de madera, sobre los que se asientan mesitas dispuestas alrededor de
una barra. Seguro que Stellan celebra más de una fiesta… Me encantaría ser la
anfitriona, fantasea para sus adentros.
El interior de la vivienda es de ensueño.
Restaurada por completo, cuenta con parqué en tono humo y mobiliario
minimalista, níveo. Los vanos antiguos han quedado insonorizados con Climalit y
estores grises. En la planta baja, desde ventanales, se atisba el maravilloso
exterior.
Vera, no se percata que hace más de un cuarto de
hora han entrado y sigue ensimismada con lo que ven sus ojos: todo es perfecto.
Es el lugar más “cool” que ha visto. Stellan, la observa mientras prepara unas
copas.
Brindan en la terraza superior, desde donde se ve
una hermosa panorámica de Sevilla. A la luz de una luna mayestática. En ese
momento, Stellan la besa. Es un beso tierno que se transforma en un volcánico y
suculento aperitivo. Saborea el interior de su escita entreabriendo sus labios y
succionando el interior. Lleva un “hotpant” de cuadros azules que humedece por
completo. Entiende por qué las prostitutas no besan –elucubra para sí- quizás
sea el acto más sensual de todo apareamiento.
Stellan, va apoderándose de su cuerpo; acariciando
sus brazos, su cabello de fuego, sus muslos y su espalda. La reclina hacia
atrás, y allí –apoyada en la antigua balaustrada- gime de placer mientras la
despoja de su ropa y sorbe su rocío. Sin dejar de estremecerse, nota cómo entra
entre sus piernas y cómo –temblorosa- vuelva a tener otro
orgasmo.
Stellan, la transporta a la alcoba entre sus
brazos; desnuda y tiritando de pasión. El motero, además de atractivo y de tener
mucho dinero –a juzgar por todo lo que ha visto- posee un miembro poderoso y
entrenado.
Recuerda al que fue su primer amor: un estudiante
de la escuela de San Javier. Quería ser piloto y –lo consiguió- gracias a ella.
Vera, le había infundido la suficiente tenacidad para que acabara con toda la
crudeza de la academia militar del aire.
Y lo recuerda porque fue su primera vez y, pese a
que le dolió –bastante- el placer venció sus miedos y lubrificó lo suficiente
sus entrañas como para estar haciendo el amor durante toda la noche. La velada
con el ucraniano se avecina idéntica. En esta ocasión, ambos eran “duchos” en la
materia y el goce llega desde el primer momento…
Entre jadeo y jadeo rememora los pormenores con
Pedro, el piloto. Estuvieron juntos cerca de tres años. Él venía a verla siempre
que tenía permiso; casualidades de la vida, también con una moto. No era una
Harley, pero molaba mogollón y era enorme: una Ducati Monster
900 azul.
Con
ella volaron a innumerables sitios, junto a ella conoció las locuras del amor.
Paraban en cualquier lugar y copulaban sin condiciones ni ataduras. Nunca fue su
novio, fue un amigo especial.
El
tiempo pasaba y Vera esperaba que le regalara un anillo, pero en vez de eso,
recibió unos aros de oros: preciosos y caros. Pero, no le comprometían a nada.
Fue a ver a una vidente y le dijo que si seguía con él, sufriría mucho. Ella,
pasó de todo –a su bola- hasta que un día Pedro, le dijo que no soportaba que
estuvieran separados, no se fiaba de ella. Era muy bonita y todos la
miraban.
Vera,
lloró, desconsoladamente, cuando recibió una carta –tarjetón incluido- en la que
Pedro la invitaba a su boda. Desde entonces se propuso que nunca volvería a ser
fiel a ningún hombre, cosa que incumplió durante los años de idilio con “el
longaniza” y su ex esposo. Después, ya lo sabemos: pájaro que veía a sus pies,
se rendía. Iba de flor en flor como –habitualmente- hacen los hombres, sólo que
elegía ella.
Vera, vuelve a la realidad y tras la última cópula,
duermen un rato. Temprano, sale del lujoso palacete y vuelve a casa. Deja una
nota con su teléfono y dirección. Ignora si surtiría efecto, pero Stellan, vale
más que una noche azarosa. Su vagina habla sola. Le molesta –ligeramente- cuando
anda. Demasiadas horas –ininterrumpidas- haciendo el amor como locos.
Había leído en algún artículo que los escitas eran
hombres fértiles. Pero desconocía que fueran –además- tan potentes y con un
miembro de dimensiones apoteósicas. Sonríe, recordando que –de niña- leía los
tebeos de Thor de sus hermanos. Siempre le había fascinado ese portentoso Dios
de cabellera lacia y cuerpo poderoso –ahora tiene uno- que disfrazado sería
perfecto para el papel, aunque su origen no sea nórdico. Sería penoso no
utilizarlo durante una larga temporada.
Han pasado tres días y Stellan sigue sin dar
señales de vida. Vera está tristona, ¿será qué soy una amante pésima, que no
estoy lo suficiente buena para ese verraco, que no he sido lo suficiente puta,
que tenía que haberme quedado hasta que se despertara? Un montón de porqués
pululaban por su mente mientras se patea las calles de su amada city entregando
CV o intentando que le concedan una entrevista.
Pero –como decía Golpes Bajos- “Malos tiempos para
la Lírica”, y para todo. Se dice a si misma, moviendo la cabeza con
negatividad.
Suena el móvil. Lo coge al vuelo esperando que sea
alguna de las empresas que ha visitado. Pero la voz del otro lado le produce una
satisfacción inaudita.
-¿Cómo está mi pelirroja preferida?
-Stellan…
-¡Qué pronto me has conocido! Esperabas que te
llamara ¿Eh?
-Bueno, sí pero no. Perdón. Si, esperaba que me
llamaras, pero te he conocido por tu acento… Es
peculiar.
-Ya. ¿Y te alegra,
oírme?
-¿Tú, qué crees?
-No, no, no… He preguntado, primero. No contestes
con otra pregunta.
-Si he de serte franca: pues sí. Me alegra
escucharte. No tenía muy claro que me llamaras.
-Pensabas que no me
gustabas…
-Stellan…
-¿Cómo vas vestida?
-¿Qué?
-Dime qué llevas puesto, quiero
imaginarte…
-Pero es que voy por la
calle…
-¿Y?
-Llevo un vestido.
-Un vestido… ¡Hummm!!! ¿Y cómo
es?
-¿Qué intentas?
-Intento jugar al teléfono erótico… ¿Nunca lo has
hecho?
-Jajajaaa… (Ríe Vera mandíbula suelta por los
nervios que le están entrando).
-Te gusta ¿Eh?
-El vestido es de gasa estampada. Con volantes a
partir del talle, corto, con tirantes que dejan al descubierto toda mi espalda y
escote bajo remarcado con bisutería hippy.
-La espalda, al aire, con tu tatuaje recién
horneado y tus músculos sudorosos bajo el sol…
-Sí…
-¿Hay cerca algunos baños
públicos?
-Hay cafeterías que tienen lavabos. ¿No esperarás
que entre?
-Sí. Quiero que entres y que te quites la ropa
interior.
-Stell…
-Chuuuuuu… ¿Cómo es?
-Llevo un sujetador sin tirantes de color gris
perla con encaje entre las copas y en la parte
posterior…
-¿Y abajo?
-Un tanga a juego… Exiguo, mis nalgas afloran como
dos melocotones (Vera comienza a sentirse mojada y le sigue el
juego).
-Seguro que tienes muchas ganas de tenerme
dentro.
-No lo sabes bien,
Stellan…
-Entra en una cafetería, pide agua y después ve al
servicio. Bájate ese tanga tan sexy e imagina que estoy contigo… Acaricia tu
pubis, tus hermosos senos…
Vera, está que arde. Entra en la Cafetería y hace
lo que Stellan le susurra por el móvil.
-Sigue muñeca, qué oiga tus
alaridos…
Vera, suda a raudales. Pero –sonríe- con una mirada
demoniaca.
-Esta noche te recojo a las ocho. Doy una fiesta en
casa y quiero que te conozcan mis amigos.
-Y tú… ¿Estás igual? No te ha importado nada de lo
que hacía…
-Preciosa, estoy con unas amigas y tu sex
appeal nos ha llegado a todos. Ahora voy a satisfacerlas. Esta
noche te veo… Ah, te envío un pequeño obsequio:
póntelo.
-Pero, Stellan…
El “ruski” ha
colgado.
¡Joder! El muy cabrón me ha colgado y ahora está
con unas pavas a mi costa. Seguro que el móvil estaba en manos libre y lo han
escuchado todo (maldice en voz baja).
De regreso a casa, piensa que es una locura. A ver
si Yuma tiene razón y Stellan es rarito… Bueno, veremos qué pasa esta
noche.
Carlota la espera con los brazos abiertos y su
madre con un buen gazpacho de esos que tanto la
reconfortan.
Las tres se sumergen en una larga siesta. A las
seis de la tarde, suena el timbre:
-¿La señorita Vera
Carmona?
-Sí es aquí –contesta Vera- con legañas en los ojos
y medio traspuesta.
-Traigo un paquete de Antonio
García.
-¿Qué? (Una lucecita tintinea en su cabeza. Stellan
dijo que me haría un obsequio). Sí, disculpe, es el tercero C. Le
espero.
Minutos más tarde, abre sendos paquetes en los que
encuentra un vestido negro de satén mate corto. Con un brazo al descubierto y el
otro con manga larga algo drapeada. Junto a varios complementos selectos y unos
zapatos –con unos tacones de 12 centímetros- de Manolo Blahnik, preciosos.
Vera, no sabe cómo reaccionar.
Su cabeza gira en torno a dos frases:
La de Yuma, te prevengo: él, es diferente.
La de
Stellan, te envío un pequeño
obsequio: póntelo.
Decide darle una oportunidad a su rubio. Con un tío
así, vale la pena arriesgarse (piensa recordando la ardorosa noche que pasó en
su villa).
A las ocho en punto Stellan la espera y Vera hace
aparición, más bella que nunca, con el
modelito del diseñador y su melena –ligeramente ondulada- suelta que se
mece como el pelaje de una leona.
A Stellan, le brillan los ojos cuando la ve. Horas
más tarde , literalmente, la comen.
No sólo Stellan, si no también la pandilla de moteros y
sus chicas, en una orgía por todo lo alto. Ebrios de Jack
Daniel's Reserva, porros, farlopa y otros estimulantes… Vera, está volando por
los aires, fornicando con hombres y mujeres, chupando la esencia de unos o
siendo lamida por otros. Acariciando con sus extremidades o siendo agasajada por
innumerables manos sobre su cuerpo.
Entorna los ojos, cuando Stellan bucea entre sus
piernas y sorbe su humedad. Diluye su deseo acariciando sus labios enjugados por
diferentes elixires. Extasiada, ve cómo Stellan sonríe y echa la cabeza hacia
atrás –una vez acabada la faena- para atarse su melena en una coleta
baja.
-Vera, ahora ya estás
preparada…
-¿Preparada para
qué?
-Me dijiste que necesitabas encontrar trabajo: ya
tienes uno.
Dicho esto, un personajillo extraño y ajeno a la
fisonomía e indumentaria del resto, habla por primera
vez.
-Stellan,
querido –dice con voz estridente- mientras cantonea sus caderas enfundadas en un
traje de factura “Cuéntame”
con camisa floreada de cuello picudo y su Yorkshire Terrier –con
lazito rosa- bajo el brazo. Tu nueva putita me
gusta.
Me acaricia la barbilla mientras parpadea repetidas
veces:
-Eres muy mona y te comes todo… ¡Uy, qué bien! Vas
a estar genial entre mis chicos (se tapa la boca
sonriendo).
No salgo de mi asombro. Miro a
Stellan.
-Vamos nena. Vas a ser la estrella. ¡Hala! –Me da
unas palmadas en el trasero- ¡Ponte algo por
encima!
Me pasa una bata y se sienta –tan tranquilo-
liándose un canuto.
La loca, me arrastra de la mano hacia una puerta.
Al abrirla veo otro mundo:
Una cama redonda guarnecida de terciopelo grana.
Artilugios de sex shops y varias chicas –siliconadas por todos los sitios-
limándose las uñas o arreglándose las escuetas prendas que adornan sus cuerpos.
Enfrente, unos chorbos musculados con pinta de metrosexuales. Uno le da un
morreo a Fredo, el del Yorkshire. Cámaras por un lado y focos sobre el
escenario. Sin lugar a dudas, es un plató de películas para
adultos.
Vera, se acuerda de las
“zorras” de “Sons of Anarchy”. Y voy camino de convertirme en una de ellas
(piensa sin dejar de alucinar).
Fredo, le pasa a otra habitación donde hay un
vestuario de tangas y sujetadores plastificados en diferentes
tonos…
-Hoy vamos a rodar una peli genial y tú eres la
prota –yo sigo estupefacta, sin decir ni mu. Tú estarás vestida con este
“trikini” de cuero negro y un antifaz en los ojos. Estarás tumbada en la cama.
Sonará un timbre, y –una de las chicas- abrirá, vestidita con faldita corta y
delantal –a modo de doncella- entrarán los electricistas con monos azules –el chico que ha sido tan cariñoso conmigo y
el del al lado. Comenzarán a maniobrar los enchufes. Entonces, te levantarás y
cogerás este látigo y te subirás al lomo del que está agachado, mientras
fustigas al otro…
Ya no oía nada, la vista se me estaba
nublando…
Despierto sobre la cama. Vestida con ese trikini de
“ama domina” y me pongo cachonda. ¡Qué más da lo que haga con tal de llevar
dinero a casa! Además, disfruto fornicando. Voy a ser la sensación del
porno.
Los electricistas llegan y me convierto en la “ama
domina” más voraz de la pantalla. Los fustigo y los hago míos con perversidad.
Fredo, está encantado y Stellan que ha entrado a ver cómo va el asunto,
sonriendo, desabrocha su bragueta. Cuando acabo, me empuja hacia el vestidor y
me pega un puntazo que me deja fuera de lugar. Voy de éxtasis hasta el culo, me
encanta seguir follando.
-Cuando te vi, desconocía hasta dónde podías
llegar…
-Contigo, hasta dónde quieras. Siempre que me
pagues por todas las guarradas que haga, claro. Contesto mirándole a los ojos y
maniobrando con su miembro que he vuelto a poner erecto como una barra de hierro
candente.
Sonrío, me convertiré en la meretriz más promiscua
de todas pero después lo tendré cuando me plazca. Le gusto demasiado y me pagará
todo lo que le pida (elucubro sin dejar de masajearlo).
-Eres imparable (jadea mi
hombre).
-A lo mejor estoy descubriendo mi parte ninfómana,
sonrío entornando los ojos. Pienso que soy una “femme fatale” pérfida que la
Stanwyck en “Perdición” y más puta que
Mesalina.
Dos horas más tarde, vuelvo a casa. Rodaré tres
películas por semana y –si todo sale bien- cobraré tres mil euros por cada una,
amén, de un porcentaje por distribución y pase. El resto de la semana disfrutaré
de Stellan…
Yuma se ha equivocado. Hago lo que desea mi
ucraniano, sólo porque quiero. Él me pertenece, lo he cazado entre mis
piernas.
Hemos terminado el rodaje de una película lésbica.
A Stellan, le encanta mi rostro cuando llego al orgasmo. Hacen tomas –únicas- de
mi cuerpo excitado y de mis facciones de
viciosa.
De pronto, irrumpe un grupo de
Delitos
Tecnológicos de
la Policía Nacional -BIT- en la sala de rodaje. Los hombres a un lado; mirando a
la pared, con los brazos tras la nuca y las piernas abiertas. Las mujeres –en
idéntica posición- en el lado opuesto.
Veo a mi vecino; crecimos juntos, hasta hicimos
manitas de jovenzuelos. Se ha convertido en un metrosexual, que me pone como una
moto. Los uniformes siempre me han pirrado –como a la mayoría de mujeres. Nos
cachean.
Seguido, revisan todo el palacete y acabamos en
comisaría. Stellan nos dice –a voces- que estemos tranquilos, ha sido un error.
En veinticuatro horas estamos fuera. Me guiña un
ojo.
Cuando paso por al lado de mi vecino le
digo:
-Escuché en uno de los episodios de mis series
favoritas “Roma Criminal” que cada madero tiene su puta. ¿Es
cierto?
Me mira con una pasividad escalofriante y –de
repente- clavando sus gélidas pupilas en mis ojos,
contesta:
-Quizás lo descubras dentro de
poco.
Ann@
Genovés
Y para mí, un placer que me leas y que tus comentarios seas tan elegantes.
A veces, es necesario dibujar el mundo de “a pie” para recordar que somos unos privilegiados.
Muchas gracias, besitos,
Ann@ Genovés
He leído el relato y me ha entretenido mucho. No sólo ha elevado mi temperatura, si no que, además, veo un giro hacia la novela negra que me agrada muchísimo.
Bien por esa Vera, ¡qué siga haciendo de las suyas!
Mª A
Es un placer poder entretener a mis semejantes, eso e s lo que busco. Lo de Vera, estoy en ello…
Muchos besitos, amiga,
Ann@ Genovés
El poema me ha gustado aunque no entre ni en mis particulares fondos ni en mi estilo. ¡BIEN POR EL POEMA!
La prosa o narrativa, aunque sólo sea mi única y particular opinión, entra en un descuido de forma o estilo en flaco favor de un fondo de novelita pornográfica total brava chusca y barriobajera, literiamente hablando. Ahora bien, hay gente a quien le gusta.
Soy antiguo, Ana. Porno como el que yo he leído ya no se hace y, además, no hay mejor porno que la realidad de verse frente a frente, en plan de "combate", un hombre y una mujer, ambos ardiendo, sin medir calibres de ninguna clase.
AMIGA Ana, si te da por hacerme caso, dale de firme a la poesía, erótica si quieres, pero vestida de poema.
Saludos, Ana.
DES-Luis Ramírez de Arellano.
Sólo le diré -Y NO CONTESTARÉ-: querido amigo, no tiene usted NI PUTA IDEA.
DES-Luis Ramírez de Arellanio (me tiene hasta los golondrinos esto de la redes sociales. Por eso le digo que no contestaré: puede que dentro de nada, ya no esté por estos hilos venenosos.
DES-Luis Ramírez de Arellano.
En concreto, HA SIDO EL PUNTO DEFINITIVO PARA DEJAR ESTO EN EL BLOG DE, a pesar de todo, MI QUERIDA ANNA.
Esta tecnología de los cojones (influencia de ANNA), ha acabado conmigo.
(¡AH, SEÑORES "ALABADORES", NO ME ATAQUEN, "LA FALTA DE CIENCIA TECONOLÓGICA SE CURA; LA IMBECILIDAD, NO, -es de nacimiento-)
DES-Luis.
Tendré en cuenta tus consejos, querido amigo, siempre lo hago. Muchas gracias, un beso,
Ann@ Genovés
PD. Se me olvidaba ¡qué tonta! Justo este relato lo ha corregido un catedrático de lengua española. Por cierto, puedes decir que soy una escritora pésima, pero que sea la última vez que insultas a mis lectores. Muchas gracias
Vera es increíble, es agradable, loca y un poco libertina; es lo que muchas mujeres quisieran ser. Además por su osadía vive la vida intensamente.
Aunque ella no es el mejor modelo de mujer, valdría la pena conocerla.
Lo mejor y lo más interesante es tu capacidad para describir sus acciones, para transmitir su pensamiento, para dibujar esos escenarios, para deleitarnos con la fuerza y la gracia de tus ideas; capturando toda la atención en húmedos y deliciosos deseos femeninos, en historias muy activas.
Gracias por regalarnos tus letras, me encanta leerte.
La música que adoba esta publicación es muy buena.
Muchas gracias por tus palabras.
Lo primero, me disculpo por lo que te han dicho. Dejémoslo pasar: elegancia, lo primero.
Me agradan los escenarios exóticos y también ser minuciosa con los detalles. Vera es tremenda, en muchos aspectos. Pero, todo tiene una finalidad...
Besitos y hasta pronto,
Ann@ Genovés
Seguiré su consejo e intentaré que mi verano sea atómico, eso sí, sin dejarles... Seguiré con Vera o conlo que mi feria me dicte.
Thaks y kiss for you,
Ann@ Genovés
En primer lugar, Sr Desvencijado
Ha habido autores y autoras, como… Diane Wakoski, Marge Piercy, Denise Levertov, Leonore Kandel, Elise Cowen y Diane di Prima del movimiento Beat (que escribían como ángeles y corrían por patas delante de carcamales que veían cómo les comían terreno con sus nuevas brisas literarias)
En segundo lugar
Almudena Grandes, Elisabeth Mc Neill, Erica Jong, Teresa Clavel o Zoe Valdes. La prosa de este relato está cuidada. Cervantes decía que la lengua culta es la escrita. La gramática es de Nebrija y la sintaxis del Sr. de La Concha. A lo mejor, le abruman determinados neologismos o moderneces (según su lupa avis)
En tercer lugar
De verdad, Sr. Desvencijado. Le invito a revisar la novela vanguardista de estos últimos 40 años, que se ilustre con las nuevas tendencias. El papel es escaso y las websites están acabando con los hombres viagra Umbral.
Si esta criatura vende o gana algún premio en su vida… Seguro que ha leído a Quevedo que tenía erecciones con esa cosa tan mezquina que es la envidia. Dios nos libre de semejantes especímenes y que se interprete su réplica como unas especias de ultramar que pudieran infectar estos lares. Mi madre decía: lejos de ella.
Puede que muchos de los ladridos se conviertan en baba de orinal por un autógrafo. No voy a entrar en más charcos cascabeleros de plató de Telecinco. Un saludo y un beso para Ana.
Le sugiero, honestamente, algunos foros literarios de ambiente cazalla party, donde seguro le estarían esperando con los brazos abiertos. Con salud caballero. Saludos.
Jesús Bolinches
Mis disculpas por los insultos recibidos. Me gusta la capa y espada que ha sacado: todo un caballero.
Soy ignota en lo referente a la lectura y algunos de los escritores mencionados, son desconocidos para mí... Prometo leerlos.
Muchas gracias y besitos
Ann@ Genovés
GRACIAS por difundir tus lindas letras
con cariÑo de siempre
Manuel
Gracias amigo, me agrada que compartas mis letras. Siempre es un placer leerte en mi blog.
Gracias, un beso
Ann@ Genovés
En el mundo existe el arco iris para que cada persona elija el color que más le agrade. A usted no le gusta el relato: perfecto. Pero, por favor, distinga entre pornográfico –nunca lo he pretendido- y erótico.
Si tachamos este relato de pornográfico, hágalo con el 99% de los libros y films actuales.
A veces, es bueno reciclarse. Muchas gracias. Saludos,
Ann@ Genovés
El relato me ha entretenido muchísimo. De factura íntegra, me recuerda a V. Wolf en la descripción del palacete y a A. Grandes en el atrevimiento de las partes sensuales.
Una cosa tengo claro: de pornográfico, nada. Relato erótico que apetece seguir leyendo. No cambies,
Mar Villa
Siempre he dicho que soy una buena cuenta cuentos y lo que pretendo es amenizar la vida, que ya es bastante dura de por sí.
Agradezco tu distinción; te has dado cuenta que éste es un relato erótico. Se nota que estás leída. Thaks and kiss for you, my friend,
Ann@ Genovés
Ahora bien, simplemente, el que no posea algo de cordura, ni se sienta seguro de si mismo, pienso y creo con todo el respeto que se pudiera merecer, que no procure, ni pretenda leer lo que no es de su agrado, pues ni hombres, ni mujeres somos puritanos, caso contrario, si queremos fungir de ello....LANZEMOS LA PRIMERA PIEDRITA, estimo que lo demás es hipocrecia. Más aún si tenemos conocimiento o si hemos realizado algunos estudios de Sociología, Psicología, Derecho o Ciencias Policiales y más, cierto?.
Por mi parte, respeto los pronunciamientos de otras personas, pero en igual, cada uno de nosotros, mucho más los que somos escritores, poetas, autores, compositores; merecemos el respeto de ellos o de estas mismas personas y en ese sentido MI BLANQUITA, el respeto que tú te mereces como propietaria de la obra y dueña absoluta de este hermoso BLOG, me conlleva a pedir APLAUSOS que te son bien merecidos. ENHORABUENA Y OLE..........
Tu sabes Ann, que en particular, soy "tímido y hasta miedoso respecto de este estilo", pero ello no conlleva a que en alguna forma no lo haya vivido o que desee pecar de puritano y hasta decir, que en algún momento he escrito algo. jijijijijijijijiji
Respeto de tu obra, sabes que la respeto y en verdad, vislumbras con el cambio de escenas y protagonistas, cuya trama paraeciere que cada personaje, ha estudiado su libreto al dedillo y a la perfección para que la novela, o cuento o narrativa, salga, fluya en la mejor de las formas,y nos preste expectativa por fuera de lo lésbico y lo desnaturalizado, de lo vicioso y de lo pornográfico, que si bien es cierto, que el marco o la forma, pudiera pretender distorsionar la obra; ello nada tiene que ver con el fondo(término jurídico) y en ello recae lo hermoso de tu trabajo QUE COMO REITERO UNA VEZ MÁS Y REDUNDANDO ¡es exquisito!. QUE QUEDE ASÍ ESCRITO.
Carlos Fidel...Lima, 8 de Agosto del 2012.
Estaba contestando todos los comentarios y me ha entrado el tuyo: me he quedado boquiabierta.
Nos has dado una lección de sabiduría, genio y figura…
Gracias amigo, siempre serás bienvenido. Besos,
Ann@ Genovés