Era medio día, yo caminaba a
tu encuentro
Entre pastos verdes y
arboledas
Y mientras transitaba por
aquellos parajes
Lejanos del bullicio de las
gentes y carros
Escuchaba el suave canto del
transcurrir
De las aguas de un hermoso
río
Más adelante, se encontraban
tres cabañas
No había apuro, por ello
caminaba emocionado
Entre la brisa que rozaba mi
cara
Y entre las nubes que
adornaban mi pensamiento
La alegría me exigió
apresurarme a tu encuentro
Pues, me faltaba poco trecho
Para llegar a la cabaña donde
deberíamos de encontrarnos
Yo sabía, yo quería que
llegáramos juntos
Pero me insististe que no,
que era mejor así
Mostrándome tu candor y
timidez
El tiempo de espera y la
curiosidad eran tremendos
Pues nuevamente mi cuerpo y
mi pensamiento
En un unísono sentir, latían
más apresurados que lo normal
Al aproximarme a la cabaña,
Divisé que alegremente te
bañabas en el río
Codicié correr hacia ti,
zambullirme en sus aguas
Para tomarte, besarte, pero
me aprehendió la timidez
Te vi danzar alegre dentro de
esas aguas
Pudiendo observar que mirabas
el sentido de la corriente
Y te lanzabas hacia atrás
arqueando tu cuerpo
Como queriendo que su fuerza se
acoplara con tu ser.
Noté claramente como tu
emoción se hinchaba
Luciendo tu rostro erguido y
tus manos excitantes
Y tu rostro se exaltaba más y
más cada vez
Que repetías el movimiento cadencioso
de tu cuerpo
Sintiendo celos de tu alegría, del agua
Ello me paralizó un instante,
Te vi salir apresurada de
aquellas aguas erguidas
Pero antes de ingresar a la
cabaña,
Siempre sonriente,
tímidamente,
Cogiste una flor y una rama,
ambas del color del sol
Mezclado con el de la cascará
del melón,
Las que al acercarlas haciéndolas
caer sobre tu cuerpo
Se adhirieron al mismo
dejando ver un hermoso cuadro
Tremenda dicha la mía, pero
incierta
Pues creí que la timidez
había vuelto a posesionarse sobre ti ahora
Lo que me motivó a detener mi
marcha
Luego de un instante,
ingresaste a la cabaña
Sonriente, radiante, y me
invitaste a seguirte,
Por un instante dudé en
hacerlo,
Pues no quería perturbar tu regodeo
Pero a la vez, quería correr,
tomarte entre mis brazos
Besarte, acariciarte,
sentirte mía
En la soledad cómplice de
nuestros sentimientos
Antes de ingresar a la
cabaña,
Volví a sentir cierto campaneo en mis oídos
El campaneo de aquella vez
que fui hasta tu casa, recuerdas?
Fue allí donde apareciste
llena de ternura
Para tomar mi mano derecha y
ayudarme a ingresar
Ello me hizo turbarme,
sonrojarme
Y el temblor inusitado se
prendió de mi cuerpo pegándose a la emoción
Nuestras manos se juntaron,
siendo mutuo el cariño
La luz natural de la cabaña
Traslucía tus encantos encendiéndose
cual luz artificial
Tu tez se humedeció de sudor tibio
Dejando ver lo sonrojado de
tu rostro embellecido
Tanto así como de tus cabellos
que alborotados
Corrían suavemente sobre tu
cara
Intenté darte un beso, pero
te separaste soltando tímida risa
Es entonces cuando pude
observar,
Una cocina a la izquierda del
cuarto de la cabaña
Una mesa de madera ataviada
con flores de color amarillo
Un segundo piso con su
escalera de madera
Amplias ventanas que dejaban
ver las aguas del río y el cielo
Unidos en un azul increíble,
adornado al centro por la verde arboleda
Luego en la parte central del
fondo de la cabaña
Una inmensa cama de madera
con piedras inmensas
Forrada con pieles y telas del
mismo color de la ropa que tenías puesta
Colocado unos ganchos o
seguros
Que sujetaban un mosquitero
de tela de color blanca
Garrafa con vino fino y otras
con agua.
Una vez más, la naturaleza
nos confortaba
Aliándose a nuestras vidas
adolescentes
Tu candor me embriaga, eso lo
sabes
E intenté hablarte, pedirte
una explicación por instinto
Fue en ese instante, en que
te dejaste caer en mis brazos
Que sentí que las piernas te
temblaban
Yo luego forcé que en el crepúsculo
de la tibia y hermosa tarde
Me alcanzaras una taza con
vino o con agua
Sintiendo entonces tu pudor y
timidez
Que hermoso, me sentía volar
contigo a la ilusión,
Mientras mi curiosidad ardía mientras mi boca seca se
avivaba
Tu serenidad estaba demasiada
inquieta
Haciendo palpitar todo el eje
de tu ser
Y proyectándose el mío al
sentir incierto e intenso
Te separaste de mí y fuiste
caminando hacia atrás
Hacia el lugar donde se
encontraba la garrafa con agua
Esbozando una sonrisa ingenua
y tímida, picara y dócil
Es así como enseguida te
quitaste las sandalias para danzar
Como lo hiciste dentro del
agua
Mientras la parte superior de
tus ropas se semejaban a alas
Saltaron tus emociones que
eran enormes como tu alegría,
Apuntándome para que te
tomara de las manos
No parabas de sonreír, tu
cuerpo se elevaba sin sandalias
Reposando tu cuerpo en el
espacio
Arrastrándolo hacia el centro de la cabaña
Para luego recostarte por
completo en mi espalda
Seguidamente, abriste la
emoción y los brazos ampliamente
Mientras recogías con los
dedos de tus manos poco a poco tus cabellos
Dejando que las puertas de tus
ojos claros se abrieran
Tu cara reflejaba una
hermosísima emotividad,
No dejabas de sonreír, y en silencio me invitaste a danzar
Para recurrir y transcurrir
libre a tu generosidad
Que evidentemente buscaba mi alegría
sin tertulias
Yo, transcurrí firme a tu
voluntad, a tu pago
Quitándome la duda y despercudiendo
mi fruición
Y antes de que este cayera,
mi curiosidad buscó tu boca
Tus inmensas ganas de ser
feliz, y el hacerme también cómplice
Tu gracia se elevó, tu canto
sabiendo que te gustaba
Lo hice también canto mío.
Cuando integré el ritmo de tu
ser, alcé tu cuerpo
Cual danzante acrobático,
aunque con recelo
Quedé admirado de nuestra
danza, de todo lo que nos embargaba
De nuestra complicidad, de
nuestro afecto puro
Con todo lo que retiene la
sensación de tenernos,
De sentirnos como niños, de amarnos sin remilgos
En toda nuestra inmensidad e
intensidad
Para entregar a la vida, todo
lo nuestro y puro
Para colmar todo lo que
venimos sintiendo, sin angustiarnos
Y te discerní el máximo, esculpiendo
tu boca una palabra tímida
Que traté de sentir en mi
pecho como sublime y tenue dicha
Tú, no querías que parara la
danza
Y una vez más me diste tus manos
Luego me pediste que te
besara
Al compás del imaginario ritmo que fungía de
danza
Y al apasionarme sobre tu sonrisa
clamorosa,
Tomaste mi cabeza, con tus
dos manos
Luego la presionaste fuerte
Mientras pedias que te
escuchara sueva y lentamente
Era yo quien temía no ser vencedor
de tu verdad
Posándome sediento entre los espacios
de la cabaña preciada
Sabiéndote ansiosa de ser escuchada
Tomé tus manos nuevamente
saltando la emoción
Para luego posesionarlas
sobre tu cintura, tu cadera, y tu vientre
Acariciándolo con suavidad y
cariño ante poderosa emoción
Tú seguías danzando cada vez
más y más
Tu corazón parecía en su
desenfrenado latir,
Escapar de tu pecho agitado, recorrida
tu emoción, dentro y fuera
Tu sonrisa se abría más y más
mientras te movías
Yo estaba feliz de tener
aquella rosa por venir en mi vida loca,
Acariciándote, amándote como
te agrada, como te gusta
Como me pedias a cada
instante mientras la tarde avanzaba lenta
Y fue así como noté que la
luz ingresaba más límpida
Adornando nuestros cuerpos
El mosquitero parecía estar
feliz de observar nuestros movimientos
Nuestros pasos demostraban la
forma exquisita de amarnos
No sé cómo saltó la emoción
del pecho
Me sentía embriagado de ti,
de tu ser, de nuestras vidas
Tu corazón bombeaba la
sangre, como el río sus aguas
Luego de un rato, no sé
cuánto de tiempo, te detuviste
Y separando los brazos
totalmente
Me dejaste abrazaste
fuertemente para que te sostuviera
Colocando tus manos sobre mi
rostro
Sujetándote luego sobre mis
hombros
Los maderos que formaban el cuarto
Yo los vi, y sentí su contento,
libre a mis angustias
Pues todo era una delicia, un tremendo regodeo y te complací
Y para corresponder al honor,
te di un beso despacio, apasionado
No sin antes volver a beber
de tu alegría.
Enseguida soltaste una larga y
placentera carcajada
Que me motivó para moverme en
varios sentidos
Logrando hacer estremecer aquellos
maderos
Luego saltaste delicadamente
y te posaste frente a mí
Colocando tu rostro hermoso y
rosado cerca del mío tímido y nervioso
Fue tremendo, los dos soltamos
la risa a mas no dar
Tú, te deslizabas por la
cabaña como cabalgando un potro chúcaro
Todo al mismo compás, al
mismo ritmo
Pero siempre tímida, siempre
sonrojada pero dulce.
Un temblor recorrió tu
cuerpo, lo noté
Tú me decías, no temas, no
temas, estas dentro de la verdad
Me dí cuenta que estabas decidida a decirme ese
algo tan misterioso
Sobre mí, sobre nuestras
vidas
No te frenaba nada, Saboreabas
la dicha al máximo,
Eso lo notaba en tus ojitos
chinitos y en tu sonrisa de niña
De criatura traviesa, con la
danza que te deleitaba,
De repente dijiste que terminara la música
rápida
Y misteriosamente, nos
invadió un ritmo suave y melodioso
Y acercándote suavemente, te
arqueaste hacia atrás
Yo no sabía si deliraba un
sueño o era verdad, fue solo un instante
Agarraste mi mano, la pusiste
en tu vientre y lo sobaste delicadamente
Para comenzar a danzar,
sudabas, sonreías.
Gritabas suavemente, reías
dulcemente,
Se notaba la alegría en tu
rostro
Canta más, fuerte, anda
sigue, alcancé a oír de tu boca suavemente
Recuperando la fuerza de la
emoción, te sentí,
Reclinando tu rostro hacia
atrás y luego sobre mis hombros
Susurrando deliciosamente
Haciendo coro con el ruido de
las aguas del río.
Fue entonces que me diste
apasionado beso
Me di cuenta que mi frio se
había ido,
Que mi fe había tomado posesión de ti
Para quedar exhausta en ese instante
divino
Una vez más, la tarde había
transcurrido
Llenándose de nuestro
secreto, de nuestro amar y sentir.
Tú hermosa
sonrisa, tu carita de niña tierna
La tarde ya se iba
La noche se
apresuraba, pues teníamos que volver
Para
encontrarnos con la realidad que nos hace feliz,
Que también nos conforta y alarga la dicha.
Tú sonreíste, yo
agaché la mirada y nos abrazamos
Desnudos ante la
vida y el destino,
Fue cuando
entonces me dijiste “VAS A SER PAPÁ”
Nuestros cuerpos
¡no quisieron despegarse!.
Carlos Fidel BORJAS DIAZ. ABRIL 2012.
Amigo Carlos Fidel,
ResponderEliminarNo creas que te tengo abandonado es que estoy muy volcada en los concursos: estoy enviando a todos los que puedo -creo ya te lo comenté- y entro muy poco al face. A los Blog que sigo tampoco me da tiempo de entrar a diario...
Muchas gracias por enviármelo. Es algo más que un poema; es la esencia del amor plasmado en cada uno de tus versos: si me da tiempo te lo pongo en el Blog.
Cualquier mujer que reciba este regalo debe sentirse plena. En el caso que aquí cunetas; tan lleno de amor y ternura y con el colofón de la maternidad, tanto la dama como el caballero -estoy segura- que se sintieron doblemente felices: por su amor y por la bendición del nuevo nacimiento.
Beso de Anni "Tu Blanquita"
Gracias infinitas mi querida amiga "BLANQUITA" ANN......
ResponderEliminares un desprendimiento de mi ser, en instantes que son sublimes
para poderos volcar el sentimiento quizá tardío, talvez oportuno, en un mundo donde todo se globaliza mediante un horizonte de distorsión de los valores y de los mismos sentimientos (redundando)
siendo el fondo, llegar a despertar la emoción por lo más hermoso
que existe...UN HIJO, con la gracia divina de ser traido por otra gran hermosura....LA MUJER REALIZADA MADRE..........suena a metafísico, matafórico, antológico, utópico, filosófico...pero es tan llana y sencillamente.............AMOR Y DIOS que traduciendo es CREACION. DIOS TE BENDIGA MI QUERIDA ANN PRECIADA.