miércoles, 14 de marzo de 2012


POEMA CINCO

OH, MIS QUERIDOS HIJOS

Llama a los hombres, la sabiduría en las calles;
Llama nuestro DIOS, dando su voz en las plazas,
Su mandato Proclama con bondad
Y sobre las murallas del conocimiento,

Están sus dichos y el verbo prescrito
En las entradas de las puertas de las ciudades,
¿Pero hasta cuando oh ingenuos hijos,
Amaremos la ingenuidad, tan ciega a DIOS, tan cierta a los hombres?

No te resistas a mi llamado hijo preciado,
Ahora que extiendo mis manos
Para que no deseches los consejos mios
Que van de la mano con el verbo.

Pues, toma conciencia hijo mio
Porque desconozco hasta cuándo
Los  burladores desearán burlarse,
Mientras los  necios se lamentarán de aborrecer el conocimiento.

Yo, os manifiesto mi espíritu y mi amor
No vayais a voltear la cara ante mi reprensión!
Porque el ignorar mis palabras
Os hará saber de mis palabras ciertas
Porque no es el hombre quien habla, sino DIOS el que sella.


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