POEMA CINCO
OH, MIS QUERIDOS HIJOS
Llama a los
hombres, la sabiduría en las calles;
Llama
nuestro DIOS, dando su voz en las plazas,Su mandato Proclama con bondad
Y sobre las murallas del conocimiento,
Están sus
dichos y el verbo prescrito
En las
entradas de las puertas de las ciudades,¿Pero hasta cuando oh ingenuos hijos,
Amaremos la ingenuidad, tan ciega a DIOS, tan cierta a los hombres?
No te
resistas a mi llamado hijo preciado,
Ahora que
extiendo mis manosPara que no deseches los consejos mios
Que van de la mano con el verbo.
Pues, toma
conciencia hijo mio
Porque
desconozco hasta cuándoLos burladores desearán burlarse,
Mientras los necios se lamentarán de aborrecer el conocimiento.
Yo, os
manifiesto mi espíritu y mi amor
No vayais a
voltear la cara ante mi reprensión!Porque el ignorar mis palabras
Os hará saber de mis palabras ciertas
Porque no es el hombre quien habla, sino DIOS el que sella.
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