domingo, 17 de agosto de 2014

CONFESION.

Apoteósica la decadencia del ser a la miseria 
Con los frutos de la vida que caminan airosos
Entre el camino de la mezquindad oculta en cada esquina
Donde el sarcasmo es vulgar e hiriente.

Tantos lugares donde sucumbe el aliento de la vida
Bajo el imperio del más fuerte
Del que compra conciencias y pisotea voluntades
En cada rincón de la tierra y cada hueso de la humanidad.

Bendita la miseria para el que vive de mendrugos
Bendita la indigencia para el que no ve tanta podredumbre
En aquel lugar donde los fetos no ven la luz porque lo yacieron
En los nosocomios donde los pobres mueren de abandono.
Bendita miseria envuelta en dolor.

Carlos Fidel Borjas Díaz. ABR2013.

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