LA
DISCRIMINACION.
EL
AFRODESCENDIENTE.
Aunque el himno tiene seis estrofas, era costumbre (y aún sigue
siéndolo) cantar el coro, que habla de nuestra libertad eterna, acompañada
únicamente por la primera estrofa, precisamente la apócrifa: esa que casi todos
los peruanos nos sabemos de memoria de tanto haberla repetido como loros, sin
haber reparado en su contenido; esa que nos habla del peruano oprimido,
esclavizado y humillado que, estando condenado a una cruel servidumbre y atado a
una ominosa cadena, se limita a gemir en silencio su desgracia, incapaz de
rebelarse y levantar la cabeza ante la larga opresión sufrida.Esa estrofa, además de ser lastimera, es antihistórica. La verdad es
que, durante el periodo colonial, la lista de los intentos que se gestaron
contra el dominio español es larga. La rebelión de Túpac Amaru II es quizá la
más conocida, pero sólo una de tantas. Ciertamente, fueron casi trescientos años
de dominio colonial; pero en todo ese periodo los descendientes de nuestra gran
civilización pre-hispánica, muchos mestizos e, incluso, muchos criollos no
aceptaron sumisamente el sometimiento a la corona española.
La referida primera estrofa no fue escrita por José de la Torre Ugarte,
el autor de las letras de nuestro Himno patrio; sino fue creada y popularizada
por negros esclavos en el siglo XIX (eso explica su contenido que habla de
esclavitud, cadenas y humillación) y posteriormente incluida como primera
estrofa, merced a una desafortunada decisión adoptada por el Congreso de la
República durante el gobierno de Guillermo Billinghurst, en 1913, a través de la
Ley N° 1801.
Al respecto, el Tribunal Constitucional, a través de la sentencia de 18 de mayo de 2005 emitida en el proceso de inconstitucionalidad contra la Ley N° 1801
(Exp. Nº 0044-2004-AI/TC), aunque no declara su inconstitucionalidad, sí precisa
que esa primera estrofa no corresponde a José de la Torre Ugarte, por lo que “en
las publicaciones en donde se transcriba la letra del Himno Nacional debe
expresamente señalarse que la estrofa adicionada al texto de don José de la
Torre Ugarte es de autoría anónima”, debiendo, asimismo, colocarse al final del
Himno.
Posteriormente, el actual gobierno dispuso que, en lugar de la estrofa apócrifa, se cante y entone la sexta
estrofa del himno original, en los actos oficiales de las Fuerzas Armadas. Sin
embargo, tal decisión no ha terminado de hacerse extensiva al sector Educación,
que es precisamente el sector que resulta determinante para que las nuevas
generaciones de peruanos se acostumbren a interpretar nuestro verdadero Himno
Nacional.Más allá de cuestiones burocráticas, los peruanos que hemos crecido
interpretando nuestro Himno Nacional con las lastimeras letras de la estrofa
apócrifa, tenemos en nuestras manos (o en nuestras voces), la posibilidad de
dejar de hacerlo y entonar en su lugar la sexta estrofa. Que la celebración de
estas fiestas patrias sea un buen momento para empezar………………………………
Coro
Somos libres, seámoslo siempre
y antes niegue sus luces el sol,
que faltemos al voto solemne
que la patria al Eterno elevó.
Estrofa VI
En su cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor,
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres, por siempre nos dio.
A su sombra vivamos tranquilos,
y al nacer por sus cumbres el sol,
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob.
Somos libres, seámoslo siempre
y antes niegue sus luces el sol,
que faltemos al voto solemne
que la patria al Eterno elevó.
Estrofa VI
En su cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor,
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres, por siempre nos dio.
A su sombra vivamos tranquilos,
y al nacer por sus cumbres el sol,
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob.
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