EL VIENTO DE LOS SAUCES.

 

El sonido de la tristeza

Aquella que cantaba casi a diario

Esa, ya paró hace años.

 

Es que la vida, simplemente

Es un pentagrama bordado en hojas de sauce

Aquellas hojas que aterrizan jocosas en el existir.

 

Te has dado cuenta acaso

Que ya no siente el cuerpo

Los  males que agobian y atormentan?

 

Que donde habitan las fibras de nuestro ser

Existen momentos del mundo

Donde no todo es mentira?

 

De todo ello,

Contarán los que nos conocieron

Los que saben de Historia y de verdades.

 

Ahora el viento de los sauces

Seguirá acariciando tenuemente

Con sus manos invisibles nuestros rostros.

 

¡Que alegría la de nuestro ser!,

 

Porque con su tibieza, estará en el amor

Firme ante aquel que con la distancia

Partiera raudo y se fuera lejos algún día.

 

Y aunque nuevos amores

Hayan pretendido llegar

Estos amores, partieron con sus nuevos desengaños

 

Es que fue, el correr de tantos años

El que marcó el camino para no empezar de nuevo

Donde nuestros cuerpos recibieron a la vida.

 

¡Todo, cuando las hojas del sauce cayeron

Con su tibieza en las manos!.

 

 

 

Que circunda en medio de la nada,

Donde siempre hay algo que aprender de una tormenta?

Nada, aunque sorprendidos recibamos algún aguacero mañanero.

 

Y es que todo viene por alguna razón

Donde la razón y lo que viene junto a ella

Comulgan con la paz de la existencia.

 

Ya vez, porque todo tiene sentido ahora?

Visto en alguna hoja del sauce, lo que tenemos que hacer

Cuando la paloma huye del nido.

 

Diremos lo que se tiene que decir

Cuando adornemos con flores los pensamientos

Junto  con el sauce y sus hojas

Que cuando digan verdad,

Gritarán a los cuatro vientos

Que ya no somos aquellos bardos maltrechos

 

Sino que el destino,

Aquel que hizo de nuestras vidas un Pentagrama

Se arrepiente a nuestros pies

De habernos convertido en crucigramas.

 

Y cantaremos juntos

Para olvidar las notas amargas

Y cantarle a la esperanza.

 

ESO ES LA VIDA, JUNTO AL VIENTO DE LOS SAUCES.

 

Carlos Fidel Borjas Díaz. Lima, 28 de Noviembre del 2012.