EL
TIEMPO QUE CORRE, Y YO NIÑO, Y YO VIEJO
Yo
se mucho de un niño, como tampoco se nada
Porque
trémulo y pensativo, hoy me olvide que ayer lo fui
Desolado
en la congoja, siendo que como niño fui flor de vida
Brotados
mis primeros versos, antes que mis primeros pasos
Mis
primeras palabras y mis emociones, pero mi niñez se fue,
COMO
SE VA LA SONRISA CUANDO SE LLORA.
Tierna
mi inocencia,
Mientras
iban mis manos a la boca que reza
Palabras
y oraciones que con asombro
Endulzaban
mis primeras ilusiones
En
las emociones que brotaban de mi pecho
Al
descubrir un mundo nuevo.
Un
mundo donde las maravillas eran tiernas
Junto
a las expresiones de embebecimiento
Del
que me antecedió camino a ser viejo, como lo soy ahora
Dejándome
en la calzada la juventud
Aquella
que aún no atesoro
La
que no llegué a guardar en el cofre del tiempo.
Mi
calor va dejando de ser intruso
En
el palacio de los besos derrochados
Besos
que son tibios como la razón del necio
Razón
que se pierde en la tibieza del atardecer, porque es distinta
Cuanta
sabiduría hay entonces, en la frente de
ese viejo que ayer se fue?
El
que se llevó la sonrisa cuando sus ojos se cerraron.
Es
así, cuando estás solo, como se desenvuelve la presunta soledad,
Más
yo concluyo que no estás solo, porque es la soledad quien te acompaña
Y
si la soledad te acompaña, justa razón, no estás solo
Es
el sentimiento, tu otro compañero
En
la laxitud que crea la estancia abandonada por quienes partieron antes
Unos
por viejos, otros por quien sabe qué.
Tu
niño, niño hombre, niño viejo
Cuanta
verdad guarda el tiempo
El
tiempo que corre, corre y corre tras de la soledad
Donde
todo es parte de una larga vida inexistente
Donde
yo se de un niño, como tampoco se nada, yo no lo se
Porque
simplemente, todo fue más veloz que mi pensamiento.
Carlos
Fidel BORJAS DÍAZ. 24ENE2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario