martes, 29 de enero de 2013

el tiempo que corre, y yo niño, y yo viejo.


EL TIEMPO QUE CORRE, Y YO NIÑO, Y YO VIEJO

 

Yo se mucho de un  niño, como tampoco se nada

Porque trémulo y pensativo, hoy me olvide que ayer lo fui

Desolado en la congoja, siendo que como niño fui flor de vida

Brotados mis primeros versos, antes que mis primeros pasos

Mis primeras palabras y mis emociones, pero mi niñez se fue,

COMO SE VA LA SONRISA CUANDO SE LLORA.

 

Tierna mi inocencia,

Mientras iban mis manos a la boca que reza

Palabras y oraciones que con asombro

Endulzaban mis primeras ilusiones

En las emociones que brotaban de mi pecho

Al descubrir un mundo nuevo.

 

Un mundo donde las maravillas eran tiernas

Junto a las expresiones de embebecimiento

Del que me antecedió camino a ser viejo, como lo soy ahora

Dejándome en la calzada la juventud

Aquella que aún no atesoro

La que no llegué a guardar en el cofre del tiempo.

 

Mi calor va dejando de ser intruso

En el palacio de los besos derrochados

Besos que son tibios como la razón del necio

Razón que se pierde en la tibieza del atardecer, porque es distinta

Cuanta sabiduría hay entonces,  en la frente de ese viejo que ayer se fue?

El que se llevó la sonrisa cuando sus ojos se cerraron.

 

Es así, cuando estás solo, como se desenvuelve la presunta soledad,

Más yo concluyo que no estás solo, porque es la soledad quien te acompaña

Y si la soledad te acompaña, justa razón, no estás solo

Es el sentimiento, tu otro compañero

En la laxitud que crea la estancia abandonada por quienes partieron antes

Unos por viejos, otros por quien sabe qué.

 

Tu niño, niño hombre, niño viejo

Cuanta verdad guarda el tiempo

El tiempo que corre, corre y corre tras de la soledad

Donde todo es parte de una larga vida inexistente

Donde yo se de un niño, como tampoco se nada, yo no lo se

Porque simplemente, todo fue más veloz que mi pensamiento.

 

Carlos Fidel BORJAS DÍAZ. 24ENE2013.

 

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