A
Víctor JARA MARTINEZ, MI VERSO ES TU CALMA, TU GUARDIAN Y TU AMIGO.
En
el lazo de hermandad, yo soy tu calma
La
que alimenta las metas soñadas que quedan en el camino
Es
por eso que hoy, yo lo tengo todo
Tus
padres campesinos, el arte y los mimos,
TU
CANTO, la danza y el teatro donde mi verso es tu calma.
Cuanto
suspiro, los besos de la juventud añorada
Los
espacios de los Cantos Gregorianos
Aquellos
que se agotan con el paso de los años
Y
renacen en la sintonía de las fusas y semifusas
Confundido
en el escudo de mis versos donde soy guardián silente.
Se
guardan con celo las ilusiones idas por los caminos andados
En
los rincones donde el silencio reina
Confortando
al espacio que se duele por las ausencias
Bajo
el sonido de las cuerdas de la guitarra de tu amada vieja
Donde
los sones surgidos cobraron esencia renuente a los tiranos
Tras
del celo abierto de Carmina Buirana con mi verso, tu amigo.
Mi
verso es tu calma, tu guardián y tu amigo
Donde
guardan ferviente emoción aquellos besos
Envueltos
en tibias palabras de la juventud que aun teníamos
Aquella
vez que algo hablamos en tus tierras
Bajo
los ritmos que concurrieron a las voces de nuestras gargantas
Donde
tus pasos anduvieron con los míos un poco, hurgando ansiosos.
Mi
calor intruso busca hoy en los tiempos nuevos
Complacerse
cómplice con la brisa
Añorando
el color azul del mar tuyo, del mar mío
Que
danza con la felicidad bajo los compases del aletear de las palomas
Cantándole
a la madre de los conejos donde la quimera de los buenos consejos
Guarda
divino tesoro bajo el torrente de la sangre que pide libertad.
Guardián
divino de los gritos insurrectos circundando los ánimos
Junto
al son cantado en la casa vieja, un día claro
Sin
sospechar a pocas horas tu muerte irremediable e infecunda
Que
aun lloran entre tantos dolientes los pueblos afligidos
Donde
las plegarias del labrador se enciman
Sobre
el dolor aun latente en las manos abiertas de la libertad.
El
pensamiento negado ha dado fruto, para danzar asido al canto
Al
canto, al grito fuerte, a los ayees en
los que las gentes hallan sosiego
Sobre
el desquicio e indolencia de la cruel iniquidad de los que son anárquicos
Aquellos
corruptos y crueles que intentaron rebautizarte con dos ENES de muerte
Sin
sospechar de tu gran nombre, el que canta con el viento y el huracán.
Yo
soy tu calma Víctor JARA, tu guardián y tu amigo
En
el lazo de la hermandad y la paz, este es tu verso.
Carlos
Fidel Borjas Díaz. 17 de Enero del 2013.
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