viernes, 19 de abril de 2013

A VALLEJO, se le torna difícil la vida en Madrid, no obstante ello logra viajar a Rusia, para posteriormente decidirse entre tantas otras opciones a retornar a Paris, pero en esta oportunidad, casi a ocultas, pero su perseverancia, su ahínco de lucha y su obra de la mano le permiten obtener que las Autoridades le permitan la residencia pero con la condición de no intervenir en actividades políticas, situación ésta que le obliga a permanecer con sus voluntades atenuadas y quizá un poco reprimidas pero no escazas, es por esta razón, la que ha generado que muchos escritores digan que EL VATE vegetó a la sombra de Georgette, pero es ineludible el estimar que si vivió en la miseria y la pobreza de la civilización occidental, muy distinta a la de su pueblo de Santiago de Chuco o a la de la Capital Peruana, hasta el extremo de padecer una especie de asfixia aletargada hasta poder conseguir la publicación de algunos artículos que le permiten subsistir, todo este pesar persiste hasta 1937, en que enardecido, entusiasmado y quizá sumido en la desesperación, asiste a algunas reuniones y mítines; y paralelamente a ello participa en la fundación de un Comité Hispanoamericano para la defensa de la República, lo que le permite seguidamente viajar a Barcelona y Valencia en los últimos días de 1936,a después a Bélgica en 1937, VALLEJO nunca pensó que sus amigos dejarían de apoyarlo lo que lo llevó a sentirse nada como ser humano.
“París, 28 de octubre 1936. Querido Juan. Perdóname el silencio, después de recibir tu carta del sur de Francia. ¡Nos tienes tan absorbidos en España que toda el alma no nos basta! Tu carta telegráfica no nos cuenta tus proyectos, tu estado de espíritu, tus puntos de vista, en fin, sobre el drama en que nos debatimos tú, yo y todo el mundo. Aquí trabajamos mucho y no todo lo que quisiéramos a causa de nuestra condición de extranjeros. Y nada de esto nos satisface y querríamos volar al mismo frente de batalla, Nunca medí tanto mi pequeñez humana, como ahora. Nunca me di más cuenta de lo poco que puede un hombre individualmente. Esto me aplasta. Escríbeme más largo. ¡Ya ves cómo se alarga la agonía de los nuestros! Pero la causa del pueblo es sagrada y triunfará, hoy, mañana o pasado mañana. ¡Viva España! ¡Viva el Frente Popular!...”

Muchas frustraciones enredaban sus pasos, marginación egoísmo, quizá hasta traición, lo que resquebrajaba su cuerpo, su mente, su fe. Cuanto pensó en sus amigos y cuanto no recibió de ellos, envueltos SUS PASOS en el desorden de la vida injusta que lo hicieron sentir decepcionado pero ello nunca disminuyó su capacidad poética a pesar de la irremediable discriminación a la que directa o indirectamente era sometido al extremo de la marginación quizá por su creencia ideológica o talvez, por su raza y condición tercermundista o por dirigir sus esfuerzos a la defensa de los más indefensos de España, a las masas populares, que fue lo que lo condujo a componer un poemario a favor de España, con unos pocos versos para poder ayudar a la causa popular a pesar que sentía lo albores de su pronta y propia muerte, por tener su cuerpo enfermo y su cara siempre triste encaminada hacia su futuro de sombra en su rictus doloroso que se encaminaba a la gloria tras de los silencios largos de su existencia.
carlos fidel

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